viernes, 25 de enero de 2008

CAN






FELICIDAD
Lo vi atrás, de el. No vivía la gloria, sino vivía la felicidad de su hijo, gozaba ver aquel brazo tan vivo, pero alicaído, luchador, que era bañado por cada una de esas gotas de champaña, y cada una acariciaba el brazo de su hijo, lo acariciaban por tenerlo levantado, por agitarlo, por no rendirse, por luchar, por vivir, por que se puede, mientras aquel rostro cariñoso con las líneas del padre tiempo en el, como uno solo, formaban físicamente la felicidad, sus manos se regocijaban de gloria tanto era el regocijo que no sabia que hacer y que dejar de hacer, solo estaba ahí, y el daba gracias a dios por darle ese maravilloso hijo, ese ser que desde pequeño fue su vida, su motivación, su todo, la respuesta a todas sus dudas, el aun recuerda cual fue su respuesta cuando el medico le dijo que su hijo nacería con varias desventajas, y que nunca podría mover nada que no fuese sus ojos y la cabeza. Igual lo criare, es mi hijo y si dios me lo ha dado es por que el cree que seré un buen padre y podré ser su padre...








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