sábado, 22 de septiembre de 2007

YA NO SOY PRACTICANTE

Vistaprevia/Richard Luque V.

Mi oficio es el canto
el canto de las palabras,
el dulce embrujo
de las sílabas
y las asonancias.
Éste es mi oficio
y no lo cambio por nada,
pero qué difícil es
querer decir algo
y no tener sino gana
.
Marco Martos




EL PREVIO
Cuatro meses de nuestras vidas, obligados a escribir, 120 días, soportando el matador sol, y viendo como cambiamos de color, 16 semanas consumiendo noticias cual si fueran el pan nuestro de cada día. Así se puede resumir esta temporada de prácticas en Vistaprevia, anhelando siempre poder pronunciar estas cuatro palabras que titulan esta crónica. Esa frase, que muchos de nosotros anhelamos poder pronunciar, ese conjunto de cuatro palabras que de alguna manera aumenta nuestra confianza y nos hace olvidar por completo que somos estudiantes de universidad, que ya no somos una prueba o embozo de profesionales, sino que ya somos expertos, especialistas, aunque esto sea sin el tan anhelado titulo profesional o cartón.



NUESTRO GENESIS
Todo comienza, en la universidad, con aquel curso llamado géneros periodísticos, no se si es porque los géneros son masculinos o femeninos, o simple complicación, pero bien, este te ayuda a pensar que aprenderás a escribir. Pero grande es el golpe que nos damos los practicantes cuando llegamos al medio de comunicación y nos rechazan la primera, nota, pero más traumático, es que te acepten la primera, y tú casi virginal ego crea que tienes la madera de un García Márquez o un Kapuscinski. De pronto la segunda nota redactada con tanta confianza de ser publicada, sea rechazada, negada, vetada, y todas las terminaciones de negación en ada.



CUANDO ERES PRACTICANTE
El trajín rutinario, que quizás no sólo los practicantes aprendamos, es llegar a las 9 de la mañana al medio, saludar a todos, y esperar que el todopoderoso, el altísimo, el mas mas y etc. Del director, nos de las tan “ansiadas” comisiones, como practicantes sólo nos queda decir un SI entre dientes amarillos, festejando o quizás rabiando por dentro, acerca de las que nos tocaron realizar para la semana. Luego de la antesala a lo que será un día más como practicante siguen las dudas; por dónde comienzo, cómo lo enfoco, las dudas que todos los practicantes concebimos cuando salimos a la calle en busca de ese tesorito que se dice es la información.
Recuerdo bien como mi primera comisión, la cual trataba acerca de los precios en los mercados fue publicada en este semanario, me sentí como un dios, un afortunado redactor, un ganador, guau, a la primera, no hay quien me pare, me decía, confiado en que estaba hecho para la prensa escrita, llegué a imaginar en esa fracción de segundo, que sucedió a ese ESTA BIEN del director, que podía ser otro Bob Woodman, o un Carl Berstein, ba que mas da, un Kapuscinski, toda esa confianza acumulada, duró lo mismo que una pestañada, pues al día siguiente, después de realizar, según yo, unas impecables comisiones, ni una sola paso la minuciosa inspección del jefe, todo el ego, la confianza y demás se fueron, desvanecieron.
Fue todo un mes, sin escuchar ese salvador y quizás reconfortante SI va, bien. Un mes donde, los practicantes nos preguntamos, que pasa, donde nos equivocamos, por que no escribimos bien, es mas creemos que nos equivocamos de profesión, vocación.



EL CAMBIO
Aquel fue un mes casi flagelante, atormentante, es mas uno sale, a reportear, con la consigna; lo que redactare será rechazado. Pero como dicen por ahí, caballeros así es la competencia, pues todo este suplicio duro exactamente un mes. Luego de esos agobiantes 31 días, luego de ver el sol tantas veces, y tenerlo calcado en el rostro, uno se da cuenta que no, ya no más es un practicante.

Porque, no se en que momento aprendes, sincronizas, te adecuas al estilo, la forma y la exigencia del semanario. No puedo asegurar, cuando es que ya no eres un practicante, cuándo olvidas como no deben hacerse las cosas y comienzas a redactar bien, comienzas a darte cuenta que el fin ultimo, del periodismo es la constante de aprender, desarrollar en ti ese sentimiento casi enfermizo convulsivo por la lectura, esa casi leprosa manía de escuchar noticias, de olvidarte del Chat y creer que el Internet es una biblioteca dispuesta a ser pirateada. Que el éxtasis, el clímax, la puerta a la gloria periodística, ese paraíso de letras y datos, comienza cuando vemos que se dibuja en el rostro del jefe esa sonrisa de placer, que dice hasta que por fin.
Y vamos ingresando en el mismo cuando la vemos impresa, en ese papel con matices soleados, y estamos seguros que ahora comienza de nuevo todo el proceso, por dentro decimos al fin. YA NO SOY PRACTICANTE.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Caray. dejaste de ser practicante...bien, ya era hora.. jeje. no te ases, es broma. Tú sabes quen el fondo, te admiró. Sigue pues escribiendo, tal vez lleves a ser como tu admirador.

18 de agosto de 2008, 17:25:00 GMT-7  

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